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Si somos tan listos…

9 febrero, 2012

La semana pasada me hacía eco de unas declaraciones de Jonathan Franzen en el Hay Festival, pero sobre todo de las reacciones a ese comentario. Me parecía que quienes contestaban a Franzen se quedaban en la superficie de sus palabras, y no llegaban a ver cuánto sentido tiene reivindicar la fijación de ciertos contenidos.

Una de las respuestas que más me llamó la atención fue la de Henry Porter, que en el Guardian respondía: “Jonathan Franzen está equivocado: la era digital nos está haciendo más listos”.

Al margen de que mi interpretación de la esencia de las declaraciones de Franzen difiere mucho de la que hace Porter, hoy, el día en que el juez Baltasar Garzón ha sido inhabilitado por el Tribunal Supremo por las escuchas realizadas en el curso de la investigación de la trama Gürtel, me siento inclinado a negar que, como dice Porter, la era digital nos haya vuelto más listos.

Curiosamente, la clase de optimismo que muestra Henry Porter solo la he encontrado en quienes, en mi opinión, no son más que perros viejos que se esfuerzan en exceso en demostrar que pueden aprender nuevos trucos.

Los cambios que ha traído la tecnología han simplificado y facilitado algunas tareas que antes requerían un gran esfuerzo. Pero suponer que la posibilidad de comunicarnos en tiempo real con personas de cualquier lugar del mundo, o poder leer en una tableta y tener un blog donde le decimos a todo el mundo lo que opinamos es una muestra de que somos más listos, es dar un salto injustificable.

Quienes me conocen saben que soy de naturaleza optimista. No sé si por naturaleza o por puro pragmatismo, pero prefiero pensar en la interpretación que deja más camino abierto para la acción y la mejora.

Pero no puedo compartir el optimismo de gente como Porter. Porque lo que yo veo es a sociedades con cada vez más información, más capaces de hacer lo difícil y al mismo tiempo más incapaces de hacer lo fácil. La participación en redes de

Baltasar Garzón camino del Supremo, antes de la sesión tras la que quedó listo para sentencia el juicio por el franquismo. / DOMINIQUE FAGET (AFP)

relaciones de distintos niveles está dando la impresión de que apretando un botón hacemos lo difícil: expresarnos y hacer valer nuestros derechos.

Todo lo contrario: en lugar de hacer valer nuestros derechos, estamos refugiándonos en la estupidez y la inacción.

Hoy es la condena a Garzón, que todo el mundo discutirá en Twitter y en blogs como este. El primer condenado por la trama Gürtel es el juez que la investigó.

Mañana será la reforma laboral, que sustituirá en titulares y corazones lo que ha pasado hoy en el Tribunal Supremo.

Pasado mañana será algo distinto. Y mientras se desmantela una sociedad en la que había ciertos derechos irrenunciables, la acción política será sustituida por tweets inofensivos, trending topics y otras formas más de dar un puñetazo sobre la mesa.

Pero un puñetazo sobre la mesa de nuestro despacho, donde nadie lo oye y a nadie le importa.

El día que haya que ir a votar, la mayoría de los que se muestran indignados con lo sucedido hoy, con lo que sucederá mañana, preferirán quedarse en casa diciendo en Facebook y en Twitter lo iguales y corruptos que son todos los políticos.

No, no puedo coincidir con quienes afirman que la era digital nos está haciendo más listos.

6 comentarios leave one →
  1. 9 febrero, 2012 16:27

    Comparto contigo la indignación por lo de Garzón, ya lo sabes, pero siento después de leer tu post que atacas la era digital para justificar la falta de una revolución esperada por ti.

    La revolución depende de los líderes, la era digital brinda las herramientas para que estos se comuniquen de manera directa con las masas. La ausencia de ellos no es una cuestión de inteligencia o estupidez. Creo que el debate de Franzen y Porter es un tanto snob y solo demuestran lo alejados que están de la realidad, como si la inteligencia tuviera que ver con mecanismos de comunicación.

    En todo caso, y ante el escándalo de Garzón, te lamentas de que la gente no haga nada, algo lícito, pero si no estoy de acuerdo en criticarlos por decirlo en sus canales sociales. Creo que precisamente una de las maravillas de nuestro tiempo es las redes han demostrado que a las masas aún les duelen los excesos de las élites, pero quizás el estado de bienestar ha quitado las uñas al gato.

    En fin, comparto contigo tu indignación amigo, pero soy incapaz de hacer culpable a los electores indignado que están Facebook por ello. La mayoría bien hacemos en expresar nuestro malestar, la acción no es cuestión de eras sociales si no de espacio y tiempo, en fin, de inteligencia política.

  2. 9 febrero, 2012 16:43

    No culpo a la era digital, en absoluto. La era digital, como la llama Porter, es solo la era de la información. Y la información no ha de ser un fin en sí mismo.
    Aunque sea una obviedad decir tal cosa, hay días en que me queda la duda de si lo es en realidad.
    No espero una revolución, solo espero que los medios que tenemos a nuestro alcance para comunicarnos nos permitan algo más que conocer a gente que comparte nuestros gustos literarios o musicales. La acción política tiene muchas formas, pero no conozco ninguna de ellas que sea puramente individual.
    Claro que la gente se puede sentir indignada. Otra cosa es que seamos capaces de hacer algo al respecto. Que es lo que yo vengo a preguntarme en el artículo.

  3. 9 febrero, 2012 17:06

    No creo que la gente tenga la obligación de la acción, y aunque así fuera me parece un tema de una absoluta complejidad. Lo que si te señalaba es que expresar tu indignación en las redes no te obliga a salir a la calle a expresar tu descontento. De hecho, elegimos a políticos para que nos representen y las redes debería ser una forma de hacerles saber nuestros descontentos.

    Otra cosa quizás sea que los políticos estén fallando al pueblo.

    • 9 febrero, 2012 17:23

      Yo tampoco creo que expresar tu descontento en la Red te obligue a nada. Claro que no. Pero la indignación que se masca no se está traduciendo en nada más que en un desencanto estéril.
      Las redes son una forma de expresar el descontento, pero por sí solas no valen si luego no vas y votas. O haces la revolución. Esto, como decían en La bola de cristal: Solo no puedes, con amigos sí.

  4. El Nihilista Enmascarado permalink
    9 febrero, 2012 17:10

    Me permito una licencia muy rápida en torno al Juez Garzón, aún a sabiendas de que seré juzgado como facha o comunista según el lector y según lo que ponga.
    Sabe Zeus que lo que más me gusta es ver a un político condenado, sea del color que sea. No quiero meter la pata diciendo cosas que no conozco de primera mano por no haber seguido el caso con proximidad pero, las cosas como son. La causa , incluso Garzón lo ha admitido, se instruyó vulnerando uno de los principios elementales de la defensa. La ley, tantas veces ambigua y maleable, en este caso, es clara y tajante. Solo casos extremos de terrorismo y algunos de narcotráfico permiten la vulneración que ha tenido lugar. Incluso Hitler tiene derecho, en mi opinión, a un juicio en el que se respeten las garantías procesales más elementales. Para mí esto es básico en cualquier estado de derecho, incluso en uno tan defectuoso como el nuestro. Cualquier estudiante de primero de derecho te dirá esto. Considero que no hay sociedad justa que no respete de manera rigurosa y sin fisuras las garantías procesales, aunque beneficien a hijos de puta.
    La defensa de cualquier imputado está en su derecho de usar los resquicios legales que le dejen para defender a su representado, sean estos formales, procesales, de praxis jurídica o de lo que sea. El juez Garzón se ha marcado un gol en propia meta y el equipo rival lo ha aprovechado para ganar el partido y los afines ideológicamente echan la culpa al árbitro.
    La culpa no es de un tribunal supremo politizado, ( que lo está), sino de un juez que ha cometido una irresponsabilidad grave y que ha dejado que unos más que presuntos chorizos se puedan ir absueltos.
    Curiosamente, con Franco sí que estaban permitidas las escuchas de las conversaciones entre abogado y cliente. Me hace gracia que salga ahora tanta gente hablando de un tribunal franquista y demás cuando con Franco, el juez Garzón, no hubiera sido apartado del caso por esa causa.
    Ahora, solo espero que una muy mala instrucción no impida que unos ladrones se vayan sin condena y que se castigue, no solo a los Correa y demás, sino también y, sobre todo, a los políticos que se valieron de ellos, se llamen Camps, Fabra, BArberá, Aznar o su puta madre.
    Lo que estoy cien por cien seguro es que el 99 % de los que se rasgan ahora mismo las vestiduras, hablarían de justicia si, en vez de Gurtel, el caso se llamara Filesa. Y VICEVERSA.
    Y esto es lo que no puede ser, que todo se analice con el antifaz de nuestras ideas. Cuando tengamos el valor de criticar las cosas que se han hecho mal con independencia de quién sea el perjudicado o beneficiado , este país de mierda habrá dado un gran paso.

    • 9 febrero, 2012 17:18

      Pese a que me entristece la sentencia, no conozco los pormenores de la misma y por eso en realidad no entro en mucho detalle al respecto. Lo que me interesa es la atmósfera de descontento, que relaciono con otros problemas.
      Los medios han hecho un seguimiento muy dispar del juicio a Garzón. Lo que yo leí es que la policía declaró Garzón estaba acojonado por la vulneración del derecho de defensa. En el juicio, al menos, la policía insistió en que fueron ellos los que pidieron la intervención de las comunicaciones porque tenían indicios de que los abogados eran enlaces necesarios para la continuación de la actividad criminal, una vez que los principales imputados estaban en prisión.
      Está claro que hay ciertos derechos cuya protección puede dejar impunes algunos delitos. Pero uno de los fundamentos del Estado de Derecho es que es mejor dejar a dos culpables en la calle que condenar a uno inocente. Y yo no discuto ese fundamento.
      Pero que sea en casos de terrorismo cuando se puedan hacer unas escuchas como las que hizo Garzón, es una prueba de que se ha legislado a golpe de prensa. El terrorismo nos tiene tan acogotados, que ahí hemos cedido. Aun cuando la delincuencia económica haya causado muchos más estragos en la sociedad.
      Magnífico comentario, Nihilista.

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